viernes, 15 de junio de 2012

WELLINGTON "La puerta de entrada a la isla del norte"

WELLINGTON
La puerta de entrada a la isla del norte

Llegar a Wellington pasa por acercarse hasta Picton, un pequeño pueblo costero que vive del ferry que enlaza la isla sur con la norte, comprar un pasaje y esperar, en nuestro caso hasta el día siguiente, para embarcar.
Y como hay que esperar al día siguiente nos damos un par de vueltas por el pueblo (después de la primera vuelta han pasado solo 5 min.) y buscamos un sitio donde dormir gratis. Encontramos un area de descanso con baño y nos instalamos.

Al día siguiente nos despertamos congelados, abrimos la puerta y nos damos cuenta que la Lola está helada. Antes de ponernos en marcha dedicamos un buen rato a quitarle el hielo al parabrisas y a las ventanas y retrovisores. Decidimos que hoy nos merecemos un café caliente de restaurante, un buen capuccino de máquina.
Y después subimos al ferry. El trámite es sencillo y ordenado, nada que ver con los ferrys asiáticos. El viaje dura 3 horas y, aunque la oferta de ocio del barco es exageradamente amplia, lo que más distrae es mirar por la ventana el espectacular paisaje y los delfines que saltan junto al barco.

Una vez en Wellington tampoco resulta demasiado difícil encontrar un buen hostel, centrico, que nos permite aparcar la furgoneta a las afueras y movernos a pie por la ciudad.
El día siguiente lo dedicamos a la visita de Wellington, empezamos por dar un paseo por la costa, la playa, el puerto...

Luego nos dirigimos a la principal atracción de la ciudad: el museo Te Papa. La primera planta está dedicada a la historia del espectacular paisaje de Nueva Zelanda y la parte que los terremotos, erupciones volcánicas, y el tiempo juega en su conformación. Hay otra zona dedicada a la transformación de la tierra en bosques y humedales, y una zona exterior donde se puede ver todo tipo de vegetación neozelandesa.

Wellington es la capital de Nueva Zelanda, aunque no lo parece, parece más bien un pueblo tranquilo en el que nunca pasa nada.
No pasa nada a no ser que dejes tu furgoneta aparcada en las afueras tres días con la nevera enchufada. Entonces sí pasa, pasa que la bateria se acaba y te toca pagar a un mecánico para que te reavive el coche y conducir muchas horas antes de volver a parar. Nada grave.

G&C



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2 comentarios:

  1. Ai despistes, quantes anécdotes tindreu per explicar! Ja estic impacient per poder-vos abraçar mooolta estona.
    Fins aviat, petons. Mami

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  2. després d'abraçar als papis, però, mos toca a noltros que també estem tots impacients, jejeje! per cert, m'encanta sa furgo a flors, la lola, i sa cara de felicitat de totes les fotos! un besaso enorme i molt bona tornada! r&a.

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