domingo, 20 de mayo de 2012

ADELAIDE "El final del verano"

ADELAIDE
El final del verano.

-La segunda a la derecha y luego giras a la izquierda. Dos calles más y a la izquierda otra vez, después a la derecha, a la derecha y habremos llegado.
-La primera a la izquierda, ¿y después qué?
-No, la primera a la... Por aquí, gira, gira.
-¿Por aquí?
-Según el mapa el hostel que buscamos está aquí.
-Aquí no hay nada.
-Nos habremos pasado. Gira a la derecha y luego otra vez a la derecha y a la derecha y volvemos a intentarlo.
-Sigue sin haber nada.
-Pero el mapa dice que...

Esto es lo que pasa si se viaja con una guía de hace 4 años. Uno puede llegar a Adelaide buscando "el paraíso de los mochileros..." y encontrarse con el albergue cerrado y abandonado.
-¿Y ahora, qué?
Pues ahora gira a la derecha o a la izquierda o la primera a la derecha y dos después a la izquierda porqué esta ciudad está llena de hostels para backpackers. Por suerte nosotros encontramos uno de esos que lo tiene todo: cocina espaciosa, salón-comedor, sala de lectura, sala de la tele, sala de juegos, lavandería con lavadora, secadora y plancha, billar y hasta ping-pong. Tan bueno es que casi se nos olvida visitar Adelaide. Pero el hostel también tiene bicicletas de alquiler gratis. Bueno, el hostel no, una empresa situada a la vuelta de la esquina. Intentamos adivinar dónde está el negocio en prestar las bicicletas para un día entero de forma totalmente gratuita pero nuestra nacionalidad no nos deja entenderlo. ¿Gratis? ¿A cambio de qué? Ni siquiera intentan vendernos otra cosa, no nos dan ninguna charla. Gratis gratis. Australia nos encanta.



Y visitamos Adelaide montados en una bicicleta gratis gratis. Adelaide es una ciudad bonita, no demasiado grande. Un río la atraviesa, y si lo sigues puedes llegar hasta la playa a través de un bonito parque y una de esas zonas residenciales de película, o de serie de tv3 antigua en la que salía Nicole Kidman (neeeeeeeeighboooors, na na na na na na naaaaaa na na ná).

12 kilómetros después llegamos a la playa, una playa de invierno, larga, con olas y gente que pasea al perro cerca de la orilla. Aprovechamos el sol del mediodía para jugar con la cámara de fotos bajo los que, de seguro, serán nuestros últimos momentos de calor en este país.




Agotados, pero aún con algo de brisa marina en el rostro, volvemos al hostel. Tenemos dos nuevos compañeros de habitación: Elvis y Marco, dos italianos que dejaron sus trabajos como chefs en Italia para recorrer Australia. Cuando se quedan sin dinero trabajan un tiempo en una granja, ganan algo de dinero y siguen su camino. Tienen 21 años y un futuro sin planes preestablecidos. Improvisan. ¿Salimos? Claro. Nos vamos en busca de un bar barato (?¿?!!¿) No existen bares baratos en Australia. No los busquen. Así que acabamos comprando cerveza para llevar.
-¿Se puede beber cerveza en la calle?
-Solo más allá del cuadrado que dibujan la North Tce, la South Tce, la West Tce y el río. El centro es una zona seca y no se puede beber alcohol, pasado el río podéis beber donde queráis.
Y se puede beber dónde se quiera si se lleva un buen jersey y un anorak, si no después de la primera cerveza toca retirada. Son las 11,30h, tardísimo para los que viven en una furgoneta y se levantan y acuestan con el sol.


Al día siguiente nos espera la Paqui en el parking para enfilar hacia la península de Fleurieu.

G&C



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