lunes, 18 de agosto de 2014

ANDASIBE

-Ohhhh hahahaha- La risa histérica del malgache más moderno que hemos visto nunca nos saca de nuestro aburrimiento.
Nos encontramos por enésima vez en la estación del norte de Tana esperando a que el taxi-brousse se llene. Es de noche y llevamos ya casi dos horas esperando.
El moderno -pantalón granate, zapatos de punta, camisa, chaleco, pañuelo al cuello y americana- se nos acerca, y al descubrir que no hablamos francés intenta comunicarse en inglés, y lo consigue. Básicamente nos cuenta que ha venido a Tana a comprarse unas gafas de ver, que en Tamatave, donde él vive, son muy caras, que tuvo una novia americana con el pelo muy largo y que cada vez que su familia le pregunta por qué no se casa él contesta: is my life!
Por fin el taxi-brousse se llena y nos vamos, la estación está desierta, somos los últimos en irnos. Como es habitual, en cuanto conseguimos dormirnos el taxi-brousse hace su parada para comer/mear/fumar. Y a punto estamos de volver a subir cuando aparece un chico con una moto. No sabemos cómo, entendemos que el chico quiere subir la moto en la parte de arriba del taxi-brousse, y no sabemos por qué elige al moderno para que le ayude en dicha tarea.
-Ohhhh hahahhaha, ¿subir la moto? Ohhh hahaha- y el moderno se quita las gafas, las dobla con cuidado y se las da a Gemma para que las aguante. Después se sube al taxi-brousse. Desde abajo, el chico de la moto, el conductor y, por supuesto, Carles, cogen la moto y la elevan por encima de sus cabezas. El moderno tira de ella, los demás empujan y ya está la moto encima del taxi-brousse. El chico de la moto la ata con cuerdas mientras Carles dirige la operación desde abajo. Nadie se queja, ni por el retraso que ocasiona el chico, ni por tener que llevar una moto en el techo. Tampoco nadie se queja cuando el taxi-brousse se desvía de su ruta para llevarnos a nosotros a Andasibe y dejarnos justo en la puerta del hotel que nos ha reservado Désirè.
Un hombre medio dormido nos acompaña a nuestra habitación y desaparece, y nosotros nos metemos en la cama sin saber muy bien dónde estamos ni como hemos llegado.



Al día siguiente descubrimos que estamos en el cruce que lleva a Andasibe, no en Andasibe. Así que decidimos colgarnos la mochila a la espalda y recorrer los 4km que nos separan del pueblo. Lo primero que nos encontramos al salir a la calle es un hombre muy pequeño con un polar muy grande que se nos ofrece como guía del parque. Habla algo de inglés. Tiene los ojos muy separados y saltones, y lleva una riñonera del revés colgada del hombro. Le damos largas.
-Siempre se nos acerca la gente más rara.
Llegamos al pueblo, un pueblo muy bonito, todo de madera, y elegimos el hotel más recomendado, Les Orchideas, desagraciadamente no es época de orquídeas... De lo que si debe ser época es de lluvia porqué no deja de llover.
Le preguntamos al dueño del hotel por un guía y nos recomienda a un amigo suyo que habla muy bien inglés, dice. El amigo en cuestión habla inglés pero de su pueblo. No conseguimos retener su nombre, es largo y tiene muchas sílabas "la". Decidimos aceptarlo como guía. Y salimos inmediatamente hacía el parque. Intenta convencernos de que para la "satisfaction of the client" es  mejor ir a una reserva privada que el sabe....¡Que no! Que hemos venido hasta aquí para ver el parque nacional. Al final acepta pero decide llamar a otro guía amigo suyo, "for the satisfaction of the client", él nos ayudará a encontrar lemures. ¿Pero no tenemos que pagar doble, no? "No, no, is for the satisfaction of the client" Nos queda claro.
Un poco más adelante en el camino nos encontramos con el señor pequeño del polar muy grande y los ojos separados. "Is my friend" dice el de las muchas sílabas "la". Estaba claro. Nos lo presenta como Mr. Jean-Claude, el mejor guía del parque, él nos ayudará a encontrar lémures. Mr. Jean-Claude sabe lo que se hace, asegura lalalá. Lo primero que hace Mr. Jean-Claude al llegar al parque es meterse los pantalones por dentro de los calcetines. Empezamos bien. A los 5 minutos se da cuenta que a nosotros las plantas ni fú ni fá, que nosotros somos más de animales, y decide, seguramente "for the satisfaction of the client", enseñarnos todos los animales que encuentra. Hay un tipo de planta en concreto que le vuelve loco, cada vez que la ve Mr. Jean-Claude se mete dentro de cabeza.
-¿Qué hace?
-No sé, ha dicho algo de "frog", estará buscando la rana roja. "Are you looking for the red frog Mr. Jean-Claude?"
Los ojos separados de Mr. Jean-Claude nos miran a los dos a la vez. "No, no, aquí no hay ranas rojas" y vuelve a meter la cabeza en la planta. "Look, look" grita, y nos abalanzamos sobre él. Nos enseña una cucaracha, una lagartija, un saltamontes y un par de arañas.
-¿Por qué nos enseña todo esto, si ya lo tenemos en la habitación? ¡Yo quiero ver lemures!
Si por equivocación nos ponemos a caminar detrás de "lalalá" este nos pide por favor que sigamos a Mr. Jean-Claude. Hay jerarquías. Pero a nosotros nos da la sensación que detrás de Mr. Jean-Claude solo veremos insectos.
Cuando estamos muy a punto de perder la fe en Mr. Jean-Claude de repente nos enseña dos pájaros que duermen tan juntos que es casi imposible darse cuenta de que hay dos. Y de repente encontramos lemures, una familia entera, y nos acercamos tanto a ellos que nos parece que si alargáramos la mano podríamos tocarlos, y nos pasamos un buen rato viéndoles hacer sus cosas. Y de repente encontramos un Indri (otra especie de lemur) en lo alto de un árbol. Y de repente una familia de lemures nocturnos que duermen todos juntos... Y de repente Mr. Jean-Claude y su pequeño padawan nos parecen los mejores-peores guías que nos han tocada nunca!




De vuelta al pueblo comemos en el mismo hotel y pasamos la tarde organizando nuestro viaje a la Ille Saint Marie.