sábado, 31 de marzo de 2012

CAMERON HIGHLANDS "Té, fresas y excursiones"



CAMERON HIGHLANDS
Té, fresas y excursiones.

A Cameron Highlands llegamos después de barajar múltiples opciones. Desde Langkawi era complicado llegar a las Islas Pherentian y largo hacerlo a Taman Negara. Pero acercarse a los Cameron solo era cuestión de coger un ferry hasta la costa y un autobús hasta Tanha Rata (Camino que Sara aprovechará entero para dormir). Podríamos habernos equivocado en nuestra elección de destino pero acertamos. Los Cameron Highland ofrecen una gran variedad de rutas de trekking en un ambiente bastante más fresco que el del resto de Malasia.

El primer día nos decantamos por una ruta de unas cuatro horas que sube hasta lo alto de un pico desde el que se suponen unas vistas espectaculares de toda la zona. La excursión es bonita, combina bosque y jungla, la vegetación espesa "Aquí no cabe nada más", y el camino no tiene una gran dificultad (solo alguna de pequeña) pero vistas, lo que entendemos nosotros por unas grandes vistas de la zona, no las tiene. No. Al llegar a lo más alto lo que te encuentras es una torre de electricidad. 
Tampoco esta precisamente bien indicado, en realidad no esta ni bien ni mal, simplemente no esta indicado, lo que añade a la excursión cierto aire de aventura y algún que otro "Por aquí no es", "Aquí se acaba el camino" o " Esta verja electrificada y con espinas en lo alto debe significar que por aquí no era". 

















Al final la ruta, o como mínimo la que hacemos nosotros, lleva hasta un pueblo aborigen asentado en una pequeña colina, y que acaba de hacer la colada, pues las ropas cuelgan ondeantes al viento y nos regalan una estampa inmejorable del lugar.






Cansados pero contentos volvemos al hotel, dónde cada uno se dedica a sus asuntos y nadie, como puede apreciarse por el retraso en la actualización del blog, se dedica a poner al día el Ministerio de Comunicación.


El segundo día en los Cameron Highlands lo dedicamos al té (y en menor medida a las fresas. Que a Damià y a Gemma les den asco puede que influya). Y es que los reclamos principales de esta región son las plantaciones de té que la rodean y las granjas de fresas que se hallan por doquier. Y aunque el tema fresas no pase de unos cuantos invernaderos y un montón de souvenirs con el dibujo de una fresa como motivo principal, las plantaciones de té si nos resultan espectaculares. 


Se expanden a lo largo 
y ancho de las montañas cubriéndolo todo de un verde intenso que despierta más de un "¡Oh! Qué bonito" "Qué suerte haber venido hasta aquí para ver esto" y otras expresiones igual de satisfechas. 




Nos colamos entre los arbustos de té para hacernos la foto, sin darnos cuenta que detrás nuestro ha parado un autobús de chinos a los que más que las plantaciones en sí lo que les causa curiosidad, y hacia donde apuntan sus objetivos, somos nosotros. 




Unos cuantos flashes después seguimos nuestro camino acompañados por un viejo perro que nos sigue desde la casa bonita de las vistas espectaculares que hemos visto al inicio de nuestra excursión. De repente un empleado de la finca en cuestión se persona a recoger al animal - Es que los dueños son alemanes- aclara- y siempre que ve alguien con pinta de alemán le sigue.



No sabemos que entenderán el perro o el pobre empleado por pinta de alemán, lo que esta claro es que ambos se enfrentan a una situación complicada, pues el solícito empleado ha llegado en moto a recoger al perro que no tiene ninguna intención de subirse al vehículo. Esto, acompañado del echo que a los asiáticos en general les dan pánico los perros, nos brinda una curiosa distracción en nuestro camino de vuelta.



De Cameron Highlands salimos en autobús, un autobús de asientos enormes, comodísimo, que nos lleva directos a Kuala Lumpur. De nuevo Sara aprovechará el viaje entero para dormir, no hay que desaprovechar oportunidades.

G&C&d&m&s

viernes, 30 de marzo de 2012

LANGKAWI "Una isla dutty free"

LANGKAWI
Una isla dutty free


Llegamos a Langkawi dos días antes de la llegada de los padres y la hermana de Gemma a la isla. Dos días que pasamos recorriendo la isla en moto buscando los mejores lugares. Queremos ser unos grandes anfitriones, enseñarles esta Asia que ya sentimos tan nuestra, a la que ya le conocemos los gustos y las manías.


Lo primero es cambiar de hotel, este guest house barato y apartado de la playa con ambiente mochilero y música alta hasta las tantas no nos parece el más adecuado para unas vacaciones familiares. Nos mudamos a la playa. Elegimos dos bungalows que a primera vista nos parecen perfectos, para nuestros estándares casi lujo. Salimos del bungalow y volvemos a entrar, esta vez con los ojos de alguien que llega desde Barcelona:
-Es un poco cutre, ¿no?
Lo miramos y remiramos. No estamos convencidos. Vamos a la playa. De repente la playa también nos parece poca cosa. No se parece a la de las fotos de google.
-¿Que dices? Esta playa es cojonuda.
-¿Tu crees? Yo creo que no es suficiente.

Y por fin llegan. Besos, abrazos y una sorpresa: se han hecho camisetas con nuestro logo.


Desde el aeropuerto les acompañamos a su nuevo hogar junto al mar. 
-No es exactamente un hotel de lujo, solo hemos pagado una noche- excusas de antemano. Seguimos sin tener claro hasta que punto hemos perdido ya la perspectiva en cuanto a decidir si algo es curte o no. Después de casi 5 meses y 8 países asiáticos los estándares europeos nos quedan muy pero que muy lejos.


Les parece bien, o eso dicen. Así que allí nos quedamos. Por desgracia se ha puesto a llover, inconveniente que no habíamos previsto después de los días espectaculares que hemos tenido en la isla. Queremos que vean la playa en la que estamos como la vimos nosotros, aguas turquesas, arena blanca… Pero primero hay que cenar. Recientemente ha sido el cumpleaños de Damià, habrá que celebrarlo en este restaurante mismo que tiene pescado, marisco…
-Tiene buena pinta, ¿no?- nos preguntan. Y a nosotros los ojos nos hacen chiribitas porque este tipo de restaurantes son los que pasamos por alto cuando buscamos dónde comer. 
Nos invitan a cenar. Y cenamos bien, o mejor que bien. Ya no nos acordábamos de que es no comer arroz con pollo o noddels con vegetales. 
Al día siguiente hemos planeado una ruta para ver las mejores playas de la isla. Alquilamos un coche y nos ponemos en marcha. Pero la lluvia nos atrapa de nuevo. Creyendo que en cualquier momento la dejaremos atrás seguimos hasta la mejor playa, al norte de Langkawi. Pero no conseguimos  deshacernos de ella. Al llegar las aguas turquesa son azules y la arena blanca es marrón. Y llueve mucho. Lo único que podemos hacer es abrir las bolsas de jamón serrano envasado al vacío, las latas de aceitunas y berberechos y la longaniza recién llegadas de Barcelona y disfrutar de un vermú made in Spain


Decidimos después volver a nuestra playa, Pantai Cenang, comer en un Tailandés, Pad Thai para todos, y pasar la tarde, ya sin lluvia, cerca de nuestro resort, dónde el agua empieza a clarear. Conseguimos ver una preciosa puesta de sol rojo cielo, con sus nubes y sus palmeras a contraluz. Y acabamos el día cenando bien, algo debemos de estar celebrando porqué vuelven a invitarnos.


La siguiente mañana se despierta despejada, clara, bonita… Así que decidimos volver a intentarlo, subir de nuevo a la playa del norte. Y esta vez si, esta vez podemos disfrutar todos juntos de sus aguas, su arena, su tranquilidad…


Por la tarde contratamos un tour alrededor de algunas de las islas que forman el archipiélago en el que nos encontramos. 
Descubrimos el contorno de una mujer embarazada entre los montes cercanos, nos bañamos en un lago de agua dulce a escasos metros del mar, observamos a los monos mientras estos intentan robar comida a los bañistas, vemos águilas y disfrutamos de una paradisíaca playa antes de volver a toda velocidad de vuelta a nuestra long beach, lugar en el que nos tocará decidir nuestro siguiente destino y poner punto y final a nuestra estancia en Pulau Langkawi, en la que Sara no ha conseguido acabar con el blanco nuclear de su piel. Seguiremos probando.














G&C&d&m&s





sábado, 24 de marzo de 2012

PENANG "¿Es una isla?"

PENANG
¿Es una isla?

A la isla de Penang llegamos por casualidad y en autobús. Y es que Penang es una isla peculiar. No tiene playas paradisiacas, ni bungalows. La gente no viste traje de baño y no lleva arena en los pies. A Penang se llega por un puente que conecta la isla con la península y puedes llegar el mismo día que sales de Kho Pi Pi (Tailandia). Por ese motivo se convirtió en nuestro siguiente destino el día antes que la visa de Tailandia expirase.
Penang, y en general toda Malasia, se nos presenta como un resumen de nuestro viaje hasta la fecha. La cultura malaya esta profundamente influenciada por la India y la China. La mezcla de religiones es tal que en Georgetown, capital de Penang, uno puede encontrar templos hindúes, otros chinos, mezquitas y hasta iglesias católicas. Y la armonía con que conviven los saris, los velos, los hanfús y el estilo occidental asombraría hasta al más crédulo. No nos lleva mucho tiempo darnos cuenta que el talante malayo es amable, educado y muy respetuoso.
Planeamos pasar un día o dos en Penang antes de dirigirnos a Langkawi, isla de playas bonitas y arena en los pies, dónde hemos quedado con los padres y la hermana de Gemma para compartir con ellos sus vacaciones y parte de nuestro viaje. Pero de repente llegan noticias de Marta y Ramon. Están en Bangkok y se dirigen hacia Penang. De nuevo la historia se repite. Nosotros decidimos quedarnos más tiempo para esperarlos y ellos llegarán en autobús. Cruzamos los dedos. Esta vez no hay accidente. La probabilidad está de su parte. Y llegan a Penang con una sonrisa y una maleta de ruedas (Ramon: no te lo tendremos en cuenta porqué sabemos que el alma la tienes de mochilero, aunque la clavícula la tengas rota). Esa misma tarde celebramos nuestro nuevo encuentro con unas cervezas. Esta vez las circunstancias son mucho mejores.
 Y enfrascados en conversaciones eternas sobre lugares maravillosos del mundo no nos damos cuenta de que un andaluz nos observa hasta que se levanta y nos dice en un esmerado catalán: "Ah! Sou catalans! Jo parlo català. Puc seure amb vosaltres?" Y así conocemos a Luís. Horas más tarde nos enteraríamos de que acaba de salir de un monasterio budista en el que ha pasado 10 meses, y de su mano nos adentraríamos en algunos de los rincones del budismo. Luís nos habla entonces de un parque nacional que hay al noroeste de la isla dónde se puede acampar y ver tortugas marinas. El plan nos gusta. Mañana nos vamos al parque. Luís se apunta a venir con nosotros. 

Y a la mañana siguiente llegamos los cinco al parque en autobús. Entre las cosas imprescindibles Luís lleva un taburete que necesita para meditar y un barreño. Nosotros vamos algo más ligeros, pero provistos de latas de pollo con patatas y sopas Cambell para cocinar en la montaña. Alquilamos 3 tiendas de campaña y empezamos la excursión de hora y media hasta el campamento, junto a la playa. Después de medir nuestro ingenio montando tiendas y de darnos un baño llega la puesta de sol. La disfrutamos en compañía de un grupo de adolescentes malayos aficionados al fútbol español. 


Y finalmente llega la hora de las latas. Estamos preparados para encender el fuego. Hemos colocado piedras en círculo y recogido leña. Incluso hemos encontrado carbón y aceite. Pero entonces llega el Ranger. "No encendáis fuego en el suelo, que se queda negro y a la gente no le gusta". No ha pensado en los peligros de encender un fuego en medio del bosque, solo en la estética... Al final encontramos una parrilla dónde poner nuestras latas a calentar. Utilizamos la Lederman para abrirlas y también para retirarlas del fuego. Usamos unos vasos de plástico a modo de plato y cucharas como cubiertos. El pollo al curry pica mucho y nos queda poco agua. "Hubiésemos podido traer bocadillos, ¿no?" Silencio. A nadie se le ocurrió. 
Y entonces nuestros amigos imberbes aparecen con un plato de pollo. Nos invitan a cenar. Justo ahora que hemos dado buena cuenta de las latas que traíamos. Nos vemos obligados a decir que no gracias (porqué estamos llenos no porqué el pollo que nos traen esté totalmente carbonizado). Y apagamos la noche conversando alrededor de un fuego que se va consumiendo.

Al día siguiente nos habremos ido a Langkawi.

G&C

jueves, 22 de marzo de 2012

CURIOSIDADES DE TAILANDIA

CURIOSIDADES DE TAILANDIA
  • Es un país muy turístico.
  • Se conduce por la izquierda.
  • En Tailandia hemos encontrado los mejores trenes nocturnos.
  • Hay un Seven Eleven en cada esquina y están abiertos 24 horas. 
  • Los tailandeses siempre tienen reservada una sonrisa.
  • Hay que fijarse bien en el sexo de los tailandeses, pues está lleno de Lady Boys. El cambio de sexo lo financia el Estado y los dejan realmente bien. 

NUESTRAS MEJORES EXPERIENCIAS
  • Los días que pasamos en Kho Tao, las playas increíbles y las puestas de sol en el Moon Dance.
  • Visitar Maya Bay y sus alrededores.
  • El bungalow de Kho Pi Pi.
  • Una noche de fiesta en Khao San Road.
  • Los días que pasamos en la tranquila Pai.
  • Asistir a la Full Moon Party en Kho Phangan.


miércoles, 14 de marzo de 2012

KHO PI PI "Paraíso a precio de paraíso"

KHO PI PI
Paraíso a precio de paraíso.

Cuando uno viaja en pareja tiene que repartir las tareas entre dos. Nosotros nos organizamos por ministerios. El Ministerio de Comunicación se encarga de llevar al día el blog, el de Economía se encarga de la gestión del presupuesto, el Ministerio de Exterior lleva las relaciones con los demás viajeros, y así con todo.
El Ministerio de Economía era de Carles hasta que en Kho Tao Gemma decidió dar un golpe de Estado y lo reclamó para sí, argumentando que se despilfarraba demasiado y convencida de que podía hacerlo mucho mejor. Después de los 3 días en Kho Pi Pi el Ministerio volvió a manos de Carles, y Gemma está imputada por malversación de fondos. En su defensa solo dijo: "¡Es que Kho Pi Pi es muy caro!"
Kho Pi Pi tiene fama de tener las playas más bonitas de Tailandia y nosotros estamos seguros de que así es. Pero el precio por disfrutarlas es alto.

A poca distancia de Kho Pi Pi se encuentra Kho Pi Lay, una pequeña isla que contiene Maya Bay, escenario de la famosa película La Playa y uno de los highlights de nuestro viaje. Así que contratamos un tour para ir a verla que además incluía bañarse en este increíble paraje:


Rodeados de montaña que acababan abruptamente en el mar formando un espacio mágico de aguas completamente turquesas nadamos sin poder creer dónde estábamos.


Cerca de la Maya Bay pudimos ver cantidad de peces, haciendo snorkeling.









Y finalmente llegamos a la ansiada playa de La playa. Y es espectacular.


Desgraciadamente esto es lo que uno encuentra cuando llega:













Por suerte en Kho Pi Pi hay otras playas igual de bonitas pero más solitarias, donde uno puede descansar de sentirse turista (una sensación implícita si se visita Tailandia).


Y al atardecer se puede subir al viewpoint a contemplar como desaparece el sol, y si se tiene suerte puede uno acabar conociendo a una pareja medio española medio argentina con la que ir a cenar.


Adiós Kho Pi Pi te echaremos de menos pero no podemos pagarte más. Y además se nos acaba la visa de Tailandia. Así que nos vamos a Malasia, que el nuevo Ministerio de Economía no quiere pagar multa por pasarse de días.

G&C