lunes, 11 de junio de 2012

KAIKOURA "La cola de la ballena"


KAIKOURA
La cola de la ballena

Ver ballenas no es una empresa fácil. Hay que acertar la época en que éstas se acercan a la costa de Kaikoura, abrigarse, embarcarse y esperar en cubierta hasta que el avistador da la señal de aviso y el barco se acerca a un surtidor de agua en medio del mar. Entonces se empieza a vislumbrar un animal enorme que nada a pocos centímetros de la superficie y que expulsa agua a través de un orificio de su cuerpo. Hay que esperara entonces el momento perfecto: cuando el animal se zambulle. Para hacerlo saca su enorme cola fuera del agua y ahí está la foto deseada. El gran momento.


A Kaikoura llegamos desde Chrischurch cuando ya ha oscurecido y acampamos junto a la costa. Al día siguiente nos levantamos pronto para ir al punto de información a preguntar por los tours a ver ballenas. Hay uno en un par de horas así que damos una vuelta por el pueblo, comemos unos bocadillos y ya estamos listos para embarcarnos. Hay que ir mar adentro hasta la zona de avistamiento y allí servirse tanto del radar como del chico alto con vista de pájaro para localizarlas.
-Allí-grita el chico. Y el barco vira hacia babor. Hace frío y hay que esperar en cubierta. De repente una familia entera de delfines pasan cerca del barco, saltando. También vemos focas y tres ballenas. Una de ellas de tan cerca como es posible. Y aunque pasamos mucho frío, vale la pena.

De regreso Gemma se marea, pero no es la única.
-No quería decírtelo antes porqué estabas mareada pero detrás de ti hay una fila de chinos vomitando en bolsas de papel - Nos reímos. Y nos reímos aún más cuando a los chino se les ocurre darle las bolsas llenas a la tripulación del barco.
De regreso a tierra decidimos ponernos en marcha y conducir dirección a Abel Tasman National Park. De repente nos damos cuenta de que casi no nos queda gasolina.
-No te preocupes, según el mapa hay muchos pueblos antes de llegar, podremos repostar en cualquiera de ellos.
Pero resulta que los pueblos en cuestión son 2 casas y poco más. Ni una gasolinera. 
-No llegamos.
Carles conduce a 80km/h y soltando el gas en las bajadas pero aún así empezamos a hacer planes para mañana.
-Uno de los dos tendrá que hacer autoestop hasta la gasolinera más cercana y volver con un bidón.
Cuando de repente aparece una gasolinera. ¡Salvados! Y un poco más allá una de esas áreas de descanso con lavabo en la que pasar la noche gratis. Todo resuelto.

G&C



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